Desde hace un mes se aprobó la ponencia positiva del proyecto; sin embargo, según sus promotores, ha habido todo tipo de pretextos para frenar el debate. El derecho al trabajo es la principal duda que tienen sus opositores.

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En la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes cursa un proyecto de ley de autoría del representante liberal, Juan Carlos Losada, con el que se busca eliminar las corridas de toros en el país y convertir las plazas en espacios que oferten nuevos espectáculos para “superar las anacrónicas prácticas taurinas, erradicando toda forma de violencia gratuita, pública y legalizada hacia los animales, continuando el camino para superar el antropocentrismo”, se lee en la justificación de la iniciativa, radicada en agosto de 2018.

La ponencia positiva fue presentada el 11 de octubre del año pasado por el representante Fabián Díaz Plata, de la Alianza Verde. Y después de cinco meses se inició la discusión del tema, en el que, en primer lugar, se rechazó un informe de archivo de Norma Hurtado, del Centro Democrático, con diez votos contra siete. A su vez, se aprobó el documento de Díaz Plata, que consta de cinco artículos, pero según advierte Losada, van más de treinta días y la Comisión no ha empezado a debatir la iniciativa.

“Han pasado cinco sesiones en las que no se ha podido aprobar el proyecto; si eso no es dilatar al máximo la discusión yo no sé qué será”, manifestó el representante liberal, acusando a sus compañeros Hurtado, Jénnifer Arias, también del Centro Democrático, y a Jhon Arley Murillo, de la circunscripción de las comunidades afros, de frenar la discusión, a su juicio, con pretextos desde que se construían las mismas ponencias, a favor y en contra. Losada reveló que Norma Hurtado trató de oficiar una audiencia pública en Cali cuando por ley ya no había lugar a estas, pues el informe positivo estaba radicado.

“Luego de que Díaz Plata convocó a audiencias en Bogotá y Manizales, la representante aseguró que debía hacerse en Cali, y para ese momento no se podía, pues la ponencia ya estaba radicada. Y el presidente de la Comisión se demoró meses en aprobarle esa audiencia, a la que solo invitaron a cercanos de la fiesta brava. En últimas, eso terminó siendo un foro, porque legalmente no era posible ejecutar una audiencia oficial, o si no los hubiera recusado ante la Comisión de Ética. Y con esa excusa de escuchar a los taurinos llevan nueve meses dilatando el debate”, dijo Losada.

Desde la otra orilla, Hurtado defiende la fiesta brava como una actividad económica que es el sustento de muchas familias en el país. Y es en este punto desde donde ha controvertido el proyecto. “Yo no soy taurina ni antitaurina, soy una abogada que analiza muchos ámbitos de las leyes y estuve revisando el acta de aplicación de este proyecto de ley que tiene dos componentes. Una parte es sobre la eliminación de las prácticas y el segundo punto sobre qué pasará con las personas que viven de esta actividad. Bajo ese análisis, en la ponencia de archivo consideré que esta iniciativa habla de las libertades y el derecho al trabajo que deben de tener quienes se benefician de la tauromaquia, y, por tanto, debía de discutirse en la comisión primera”, explicó la representante uribista.

Y respondiendo a la acusación de Losada, se defendió aduciendo que todo lo hizo con el visto bueno de la mesa directiva. “El secretario de la Comisión, quien es el notario, no canceló, advirtió o sugirió la suspensión de alguna de las audiencias. Él mismo es el responsable de citarlas. Si se indujo un error fue directamente en la metodología y el trámite operativo. Y en ningún caso hubo pretensión de dilación con las audiencias. Lo que se intentó fue escuchar a la gente”, apuntó.

A la postura que ha defendido Norma Hurtado se le suman, por obviedad, los defensores de la fiesta brava. “Nos dicen que nuestra actividad algún día no puede continuar y debemos de buscar capacitaciones en el SENA de no sé qué o que el Ministerio del Trabajo nos brinde algún empleo ajeno al nuestro, después de habernos dedicados por 15, 20 o 30 años a esto. Y no solo como toreros, también como mayorales de finca, picadores de toros o subalternos. Eso es absurdo. Es nuestra pasión, nuestra forma de ganarnos la vida y llegar a hacer este cambio psicológicamente también nos afectaría. Mi tesis es que las corridas de toros se tienen que acabar por ley natural, que las personas dejen de asistir a las plazas si es verdad que no les interesa”, manifestó Nicolás de San Juan, torero y gestor de educación taurina.

Por eso él está en desacuerdo con los cuatro años que dispondría el Estado para hacer la reconversión del trabajo de las personas que se usufructúan de la tauromaquia, según lo determina el proyecto. Este tiempo significa el tiempo obligatorio para adelantar un censo taurino y crear una oferta de programas de fortalecimiento empresarial en el SENA para brindar conocimiento en otras actividades económicas. Además, la representante Hurtado aseguró que el Ministerio del Trabajo no puede acoger a estas personas como población vulnerable si eventualmente sus empleos llegaran a prohibirse. “El Gobierno está diciendo que no hay presupuesto para esto; el SENA cuenta con algunas técnicas para emplear a esta gente, pero ellos en las audiencias manifestaron que no quieren ser panaderos, taxistas o microempresarios, mucho menos tener otra fuente de empleo”.

Hurtado sostiene que no se está oponiendo a ningún debate; que, si la iniciativa pasa, es el curso natural de las mayorías dentro del Congreso, pero, de una vez, responsabilizó a los promotores del proyecto de “dejar en la calle a las personas que viven de la fiesta brava. Eso quedará en su consciencia, bajo su objetividad y análisis jurídico”. Por fin, después de Semana Santa y de las últimas semanas enfocadas en el Plan Nacional de Desarrollo, el proyecto de ley antitaurina se encuentra para discusión de primero en el orden del día de mañana, martes. “Esperamos que se pueda dar trámite y avanzar. Si el proyecto se hunde, que sea por la misma discusión y no por temas de dilatación que, en últimas, por tiempo termina archivando la iniciativa”, enfatizó el ponente Díaz Plata. Mientras que para Losada, como defensor de los animales, persiste un miedo: “Que lleguen con un número de proposiciones que desnaturalicen la idea de acabar con el maltrato contra los toros”.